Muchas personas se han encargado de crear mitos que están directamente relacionados con los seguros de coche. Estos pueden hacer referencias a los montos de las coberturas contratadas, pasando por cosas tan absurdas como que el color del coche afecta el monto de la póliza. Es por ello que, a continuación, vamos a intentar desmentir los mitos más populares relacionados con los seguros de coche.

Lo mititos acerca de los seguros de coche que muchos creen

1. El seguro puede caducar antes de que caduque la póliza

Uno de los mitos más comunes sobre el seguro de automóvil es que su póliza caducará si tiene un accidente, si te ponen una multa o si sale de la ciudad donde lo has contratado. Obviamente, esto es algo absurdo y nada de ello es cierto.

Las compañías de seguros de automóviles no pueden cancelar la póliza antes de que haya expirado, salvo en casos de fraude a la aseguradora o si dejas de pagar. Si pagas tus primas a tiempo, la póliza continuará hasta que esta expire.

2. Los coches de color rojos son más caros de asegurar

Aunque el refrán dice que los coches rojos son más caros de asegurar que los de cualquier otro color, esta es una regla anticuada que ya no es cierta. No existe ninguna relación entre el color del coche y las primas de los seguros.

El color del coche no es un factor que determine las tarifas del seguro. Si eres un conductor precavido, no importa si conduces un coche rojo, amarillo, negro o blanco. Pagarás la misma cantidad por la póliza de seguro de tu coche.

3. Los dispositivos de seguridad reducen los costes del seguro

Aunque algunos coches actuales, cuentan con características de seguridad avanzadas, la gran mayoría accidentes son causados por el conductor. Aunque adquieras un coche con todos los elementos de seguridad más avanzados del mercado, es posible que tus primas no bajen si tienes un mal historial de conducción.

Las características de seguridad sólo pueden conseguirte descuentos, no reducir tus primas. Los dispositivos antirrobo y la localización por GPS protegen tu coche de los robos, pero no te convierten en un conductor más precavido.

4. Si un tercero tiene un accidente en tu coche, el seguro no cubrirá los daños

Si bien es cierto que algunas aseguradoras aconsejan al asegurado que mantenga actualizada la lista de conductores autorizados, el hecho de no hacerlo no significa que no vaya cubrir. La póliza protege al coche, por lo que si otra persona lo conduce y tiene un accidente, la aseguradora seguirá haciéndose cargo.

Por ejemplo, si tu amigo tiene un accidente mientras conduce tu coche, estará cubierto por tu póliza de seguro de coche. Sin embargo, si esto ocurre con frecuencia, la compañía de seguros puede optar por recalcular tus primas en función del número de siniestros que se produzcan en tu póliza.

5. El seguro de coche es más caro mientras te haces más viejo

Aunque la edad desempeña un papel en la determinación de los costes del seguro de coche, no es tan sencillo como que pagarás más por una póliza a medida que vas cumpliendo más edad. Una de las cosas que se tienen en cuenta a la hora de calcular una póliza de seguro es el riesgo que representa el conductor.

Los conductores más jóvenes se tienen como más inexpertos, por lo que se asume que el riesgo de un accidente es mayor. Lo mismo ocurre con las personas mayores de 60 años, ya que estos van perdiendo facultadas a medida que se acercan a la vejez, lo cual puede representar un mayor riesgo.

6. El historial crediticio no influye en la póliza de seguro

Una puntuación de crédito alta significa que usted es más responsable con el dinero, lo que puede significar que es menos probable que presente una reclamación al seguro. Como resultado, su proveedor de seguros le recompensará con primas más bajas.

Recuerda que las pólizas se calculan en base al riesgo, mientras mayor sea el riesgo, mayor será la prima que deberás pagar.

7. Tu aseguradora pagará si otra persona se lesiona mientras conduce tu coche

Si un tercero conduce tu coche y tiene un accidente con lesiones corporales graves, tu seguro de coche pagará la reparación de los daños materiales causados por el accidente, pero no pagará las lesiones personales ni las facturas médicas de la tercera persona. Salvo en el caso de que contrates un seguro de colisiones o a todo riesgo.

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