En la gran mayoría de casos, las personas cuando surge un gasto de gran impacto inesperadamente y no disponen de ahorro para poder afrontarlo, suelen buscar préstamos personales, ya que estos permiten poder financiar dichos gastos y regresar la cantidad prestada con el paso del tiempo, aunque no se suele devolver la cantidad exacta, ya que también viene acompañado de un interés.

¿Dónde solicitar un préstamo personal?

En la actualidad, existe una increíble cantidad de maneras de poder obtener un préstamo personal, entre los más comunes, se encuentran ya los métodos tradicionales como las cajas de ahorro mediante bancos, cooperativas de ahorro y crédito, plataformas de préstamo entre personas particulares, prestamistas privados, supermercados y tiendas, empresas que trabajen con tarjetas de crédito y muchas otras más.

¿Cuáles son los requisitos a cumplir para un préstamo personal?

Como en la gran mayoría de servicios legales o que vengan relacionado con entidades bancarias privadas, estos solicitan que las personas cumplan una serie de condiciones, entre las cuales, destaca que las personas deben contar con la mayoría de edad (18 años), contar con documentación personal vigente, detallar la cantidad exacta que se va a solicitar en préstamo y para que esta destinado, no contar con deudas pasadas, tener una garantida de devolución, tener una buena situación de solvencia, tener una fotocopia de la declaración realizada por IRPF, no encontrarse en listados de morosos de RAI o de ASNEF, etc.

Aparte de todo lo mencionado anteriormente, existen situaciones en las que las personas cuentan con la opción de poder contratar otros productos para poder obtener un préstamo más favorable y cómodo de pagar, en estos productos se encuentran:

  • Contratar seguros de amortización para el préstamo
  • Contratar un seguro de hogar
  • Contratar un seguro de coche
  • Domiciliar las nóminas y recibos

¿El préstamo personal y de crédito son los mismos?

En el momento en el que se requiere de una financiación extrema, lo primero que hay que hacer es analizar cuál es la mejor opción entre un préstamo personal y un préstamo de crédito. En muchas ocasiones las personas suelen confundir este tipo de préstamos, y suelen pensar que son lo mismo, pero a la realidad de esto es que no es así, estas cuentan con múltiples diferencias.

Préstamo personal

Por el lado del préstamo personal, este suele ser una de las mejores opciones en caso de que se necesite una gran suma de dinero, esta suele usarse espacialmente para poder comprar una casa, coche, montar un local, etc. Como todo préstamo, el dinero solicitado debe devolverse en un tiempo en concreto, pero con un interés bastante elevado, interés que será establecido en el momento de firmar el contrato, en el cual se verá reflejado detalladamente, todos los periodos de amortización, el plazo de años de pago, las comisiones y las cuotas que pueden ser establecidas de manera mensual, trimestral, semestral o anual.

Una vez aprobado el préstamo, la persona que lo solicito obtendrá el dinero en su cuenta bancaria, permitiendo que, a partir de ese momento, este debe comenzar de hacer devolución del dinero junto con el interés añadido que se pactó.

Préstamo por Crédito

A diferencia del préstamo personal, este es mejor cuando se requiere de una pequeña cantidad de dinero, suele ser muy útil para poder pagar imprevistos que suelen surgir para los que suelen estar apretados económicamente. Un claro ejemplo de esto puede verse cuando se avería el coche, pero con estos préstamos de Créditos rápidos se puede solucionar de manera rápida y sin tanto papeleo.

Estos créditos suelen ser pequeños, su límite suele depender directamente de la entidad que lo acredita, aunque en la gran mayoría de casos, el límite suele ser de unos 6.000 euros.

Los préstamos personales son la mejor opción en caso de realizar grandes inversiones de dinero, concretamente para realizar compras no habituales como una casa o un coche, en cambio, el préstamo por crédito, es la opción que más demanda tiene, debido a que esta suele ser rápida y permite afrontar gastos más pequeños que suelen surgir más a menudo, aunque por lo general suelen presentarse de manera inesperada, además, estos no cuentan con un interés en el retorno del dinero tan alta.

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